domingo, 22 de marzo de 2009

Friends Makes The World Go Around

Llevo 28 años deambulando por este largo viaje llamado “vida”, y la verdad es, que por muy inverosímil que parezca, siento que muy poca gente ha tenido la oportunidad de conocerme tal como soy… bueno, no es que hay mucho que conocer, jajaja, a lo que me refiero es que muy pocas personas han podido conocerme sin las máscaras propias de la sociedad, y más en específico, de la comunidad gay… no me van a decir que hoy en día es muy fácil encontrar amigos gay, ¿o si? Tenemos que admitir que eso de tener amigos gay es todo un arte y está más cabrón que encontrar agua en el desierto, y por eso, cuando encuentras un amigo gay, te aferras a él como si fuera el último salvavidas disponible después de un naufragio… además de que en estos business, tus amigos se convierten, literalmente, en tu segunda familia; los amigos, o al menos en mi caso, se convierten en un apoyo muy grande, se convierten en las personas que llegan a conocerte tal vez mejor que tu propia familia, y creo que se aplica no sólo para mi, muchas personas se siente más en confianza cuando están entre amigos que cuando están en familia.

La razón de todo esto podría ser que muchas veces nuestras familias, por miedo o por ignorancia, no se sienten con la capacidad de aceptarnos como somos, y tenemos que ser realistas, gente, en México la sociedad es tan machista que cuando un padre descubre que su hij@ es gay, lo primero que hace es rasgarse las vestiduras y preguntarse “¿Qué hicimos mal?” o “¿Qué hicimos para merecer esto?”, obviamente los hijos, asustados y confundidos, lo primero que hacemos es buscar refugio en el primero grupo que nos abre las puertas y nos acepta, o sea, nuestros amigos… Tus amigos se convierten en tu segunda familia cuando la primera te da la espalda y deja de creer en ti… Cuando tu familia se siente decepcionada de ti, tus amigos siempre te harán ver de lo que eres capaz y te alentarán a seguir adelante.

Desde mi experiencia, puedo decir, que sólo tus amigos te conocen “despercudidito”, recién levantado, devastado por la peda de la noche anterior, moqueando por aquél wey que te botó y te rompió el corazón, y con todo y eso siguen a tu lado, para crecer en amistad y como personas. Sólo un verdadero amigo sabe perdonar tus errores, y seguir delante de tu mano; sólo un verdadero amigo es el que busca echarte la mano cuando hasta tu misma familia te da la espalda; sólo tus amigos saben cómo reconfortarte, ayudarte a ponerte de pie después de una caída fuerte. En mi caso, doy gracias por tener a mi lado gente que me ha ayudado, que ha creído en mí, y que me ha acogido (¡no sean puercos y no piensen mal!) Es genial saber que al final de día, no importa cuántas veces te hayas caído, o cuántos éxitos hayas tenido, tu amigos te abren los brazos y te reciben sin ningún tipo de cuestionamiento ni prejuicio. Finalmente (y escúpanme si peco de cursi) tu amigos son los hermanos que tú mismos eliges para ser tus compañeros de viaje en esta larga jornada llamada vida, y son ellos quienes te ayudan a encontrarle sentido a los escupitajos de la vida.